¿Comer y cenar tarde engorda?: Crononutrición
Es posible que te hayas hecho esta pregunta alguna vez: ¿comer y cenar tarde engorda? O quizás alguna parecida, como por ejemplo: ¿si me salto la cena adelgazaré más rápido? La nutricionista Claudia Guerrico, de PsicoActúa, Unidad de psicología y medicina para la salud del Hospital Vithas Medimar Internacional, nos habla acerca de la crononutrición y nos ofrece varios ejemplos de comidas que atienden el «reloj biológico».
Las investigaciones más recientes han demostrado la relación entre los horarios de comida y la predisposición a padecer obesidad y otras enfermedades.
“Hay que dejar claro que para bajar peso y adelgazar hay que consumir diariamente menos calorías que las que gastamos para nuestras actividades, así es que no vale comer libremente antes de la merienda y disminuir la cena”, explica la nutricionista.
Además, añade, “nuestros procesos biológicos varían durante el día y la noche, haciendo que la asimilación de nutrientes también sea diferente. A esta disciplina que estudia cómo debe ser la alimentación según nuestro ciclo natural del organismo se la llama crononutrición”.
La crononutrición, por lo tanto, se basará en el respeto por el ritmo natural del organismo. Es decir, ingerir los alimentos en el momento en el que el cuerpo tiene una mayor capacidad para asimilarlos.
Relación entre los horarios de comida y obesidad: crononutrición
Claudia Guerrico, basándose en su experiencia y en el estudio de diferentes investigaciones, concluye que “comer tarde y cenar tarde dificulta la pérdida de peso”.
En España, la dieta mediterránea pierde muchos beneficios debido al horario particular del país. Con el horario establecido de comidas desde las 14 horas y de cenas a las 22 horas, “tendremos que pensar una modalidad que permita poder aplicar estos hallazgos en la vida cotidiana de la población”, dado que “no es raro encontrar en las consultas para adelgazar camareros que comen a las 17 horas o enfermeros que cenan a las 12 de la noche”, explica Claudia.
“En el día a día, para aplicar algo de estas nuevas teorías, nos enfrentamos a dificultades personales que tienen que ver con los horarios laborales, con otras enfermedades, con situaciones de estrés, depresión o ansiedad… Por lo que saltarse la cena sería correr el riesgo de fomentar el empeoramiento de estas situaciones. Por ello recomiendo que, si no se puede cenar temprano, hay que cenar ligero”, añade.
Ejemplo de comidas que atienden el “reloj biológico”
Desayuno
Debe ser completo, para utilizar las lipasas, proteasas e insulina al despertar. Debe incluir cereales de absorción lenta, proteínas y aceite de oliva como elemento graso: pan integral o semillas, cereales integrales, copos de avena integrales, queso, jamón serrano, huevo, frutos secos, aguacate, lácteos.
Comida
Debe ser más densa, hay proteasas y amilasas: carnes rojas una o dos veces por semana, pescado, legumbres, pasta integral, arroz integral, aves y verduras crudas y cocinadas.
Merienda
Una merienda completa contendría frutas, lácteos, pan de semillas o integrales y frutos secos.
Cena
Se debe evitar tomar grasas y grandes cantidades de hidratos de carbono. Consumir pescado, aves o vegetales cocinados (plancha, horno, purés, hervidos), sería una buena opción.
Ahora que sabes más acerca de la crononutrición trata de modificar tus hábitos, ¡cuida tu salud!