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La medicina reproductiva ha experimentado un desarrollo exponencial en los últimos años y con ello ha tenido lugar la proliferación de técnicas y métodos para conseguir la fertilidad que muchas parejas buscan a la hora de tener hijos. De esta manera la reproducción asistida cuenta con cuatro grandes técnicas: inseminación artificial, fecundación in vitro, diagnóstico genético preimplantacional y “vientre de alquiler” o gestación subrogada.
Inseminación artificial (IA)
La inseminación artificial (IA) se trata de un método contra la infertilidad que consiste en la introducción de una muestra de semen, que anteriormente ha sido tratada por especialistas en un laboratorio, en el interior del útero de la mujer con dos objetivos principales: aumentar la eficacia de los espermatozoides y el porcentaje de posibilidades de que se produzca un embarazo.
La posibilidad de embarazo se incrementa debido a que se reduce la distancia entre el esperma y el óvulo por lo que la fusión de ambos elementos se origina de una manera más productiva. El porcentaje de éxito de este método se sitúa cerca del 90%.
Fecundación in vitro (FIV)
La fecundación in vitro (FIV) se caracteriza por ser una técnica en la que se produce la unión del espermatozoide y del óvulo en el laboratorio. Para la fecundación del óvulo se pueden seguir dos tratamientos diferentes: la FIV tradicional o la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), la que se erige en la actualidad como la técnica más demandada en el sector de la medicina reproductiva.
La misión de este tratamiento es obtener embriones fecundados que se inyectan en el útero para la posterior evolución durante el embarazo.
Diagnóstico genético preimplantacional (DGP)
El diagnóstico genético preimplantacional (DGP) es una técnica de reproducción asistida encasillada dentro de la fecundación in vitro. El proceso consiste en extraer los óvulos del útero de la mujer para que sean fecundados en un laboratorio, lugar donde empezarán a desarrollarse estos preembriones. El siguiente paso consiste en la introducción de los embriones en el útero para que continúen así su desarrollo normal con su madre.
El método DGP tiene como función la de detectar posibles malformaciones en el feto, antes de que sea insertado en el útero para seguir con su desarrollo vital, así como posibles anomalías en los cromosomas. La pareja que se inclina por este método lo hace por muchas razones y una de ellas es la no interrupción del embarazo en un futuro con los problemas emocionales y psicológicos que este contratiempo conlleva para la pareja. La legislación española pone freno a algunas prácticas y tan solo permite acudir a esta técnica en algunos casos.
Vientre de alquiler o gestación subrogada
La gestación subrogada más conocida como “vientre de alquiler” consiste en la gestación del bebé en el vientre de una madre de alquiler bajo el consentimiento de esta última. Esta opción de reproducción asistida es común en parejas que no han conseguido tener un hijo por otras vías de la medicina reproductiva, parejas homosexuales u hombres solteros que no tienen pareja y optan por contactar con una mujer que durante nueve meses se encargue de la gestación del futuro bebé. En España, esta práctica es alegal según versa el artículo 10 de la Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida.
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