Picar sano en la oficina, ¿es posible?
Son las doce de la mañana, estamos en la oficina y nuestro cuerpo nos pide que le demos un aporte de energía. Aún queda para que llegue la hora de la comida y todavía tenemos que redactar un informe urgente, asistir a una reunión de equipo y mantener una videoconferencia con uno de los comerciales que nuestra empresa tiene en el extranjero.
¿Qué hacemos? ¿Echamos unas monedas en la máquina de vending y nos comemos lo primero que nos apetezca, esas galletas, patatas o bollería industrial tan sugerentes y difíciles de rechazar… pero, quizás, no demasiado saludables? ¿O hemos tomado la precaución de traernos, por ejemplo, una pieza de fruta de casa o algún otro tipo de snack saludable?
La importancia de tomar una u otra decisión es tal que, cada vez más, hay empresas que, sabiendo que, gracias al consumo de frutas ricas en vitamina C, sus trabajadores serán menos vulnerables a las enfermedades (y, en consecuencia, faltarán menos al trabajo por enfermedad), se han sumado a una moda creciente: tener cajas de fruta en la oficina para que sus empleados se sirvan.
Más gordos en trabajos más sedentarios
Fuentes de la Federación Mundial de la Obesidad, después de avisarnos de que en el año 2025 habrá, en el mundo, 2.700 millones de adultos con sobrepeso y 177 millones directamente obesos, dicen tener muy clara la línea que marca la diferencia entre comer bien o mal: principalmente, que la persona adopte (o no) modos de vida sedentarios provocados por trabajos en los que la actividad física apenas está presente.
Ahondando en este argumento, para la prestigiosa publicación Medical News Today, que los patrones de alimentación hayan cambiado, se debe a dos razones fundamentales. Por un lado, la falta de tiempo generada por los nuevos estilos de vida. Por el otro, la comodidad que aporta el consumo de alimentos que requieren de poca elaboración… principalmente precocinados o congelados. Por todas estas razones, es importante alimentarse a base de una equilibrada combinación de hidratos, grasas, proteínas, nutrientes y minerales. O lo que es lo mismo, respetando la dieta mediterránea, sana y apropiada por contener todos estos elementos.
José Luis Montesino, experto en dietética y nutrición y CEO de la empresa Comefruta, opina que “no alimentarse bien durante la jornada laboral, acabará produciendo cansancio, dolor de cabeza y mal humor. Por esta razón, cada vez son más las empresas que incluyen cursos de hábitos alimenticios saludables para sus empleados”. ¿Por qué se organizan estos talleres dentro del horario laboral? El fundador de Comefruta no duda en su respuesta “sencillamente porque las compañías han descubierto que, un trabajador bien alimentado, rinde más y mejor”.
Activarse al levantarse de la cama
Mucha gente (incluso, quizás, quien ahora está leyendo este texto) comienza su jornada con una triste taza de café tomada a toda velocidad. Para Óscar Galindo, médico especialista en Medicina del Trabajo, hacer esto es una “mala decisión, puesto que, manteniendo este hábito, lo único que conseguiremos será tener hambre a medio día, justo cuando el organismo necesite más energía. Sabido esto, lo mejor será que nos preparemos un desayuno diseñado a base de cereales, leche, huevos, zumos naturales, frutas, jamón y queso. Todo esto proveerá al trabajador de un combustible que consumirá a lo largo del día y que, también, se digieren rápidamente, además de ayudar a mejorar tanto la memoria como las funciones cognitivas”. Esto último, en palabras del doctor Galindo “sucede así porque el cerebro depende del nivel de glucosa”.
Frutos secos y frutas del bosque para el break matinal
Ya ha llegado el mediodía. A esa hora al organismo le vendría muy bien, además de una pieza de fruta, un puñado de nueces, almendras y/o arándanos. Estos alimentos aportan calorías, minerales vitaminas y antioxidantes. Sobre el caso concreto de los arándanos, el fundador de Comefruta apunta que “esta fruta del bosque es muy beneficiosa para la memoria y la concentración. La razón de que esto suceda es que algunos de los ingredientes nutricionales de los arándanos ayudan a impulsar la circulación de la sangre por ciertas zonas del cerebro”.
Evitar las grasas en la comida
Si es que por la tarde queremos mantener un alto nivel de concentración y energía, claro. Y es que las comidas con un alto nivel de grasa provocan que el nivel de insulina en el organismo aumente. En palabras de Óscar Galindo, la consecuencia de una comida con alto contenido en grasas será que “cuando el porcentaje de insulina en sangre baje, llegarán las ganas de echar una cabezadita y la falta de concentración. Si no se quiere que esto ocurra, lo ideal sería comer alimentos ricos en omega 3 y proteínas esenciales (sobre todo, pescado azul cocinado en la plancha o en el horno). Tampoco han de faltar productos ricos en carbohidratos (pasta, patata o arroz), verduras, beber agua y no olvidarse de la fruta”.
Finalmente, para terminar el día, lo más sano sería cenar con los mismos ingredientes que al mediodía, aunque en menor cantidad. Por ejemplo, una buena cena podría ser una crema de calabacín, tortilla francesa con ensalada y un yogurt o una pieza de fruta. Cenando así, según concluye José Luis Montesino “se tendrá una mejor digestión, se descansará más plácidamente y se rendirá más en el trabajo”.
Comer saludable en la oficina
Lucy Jones, nutricionista perteneciente a la Asociación Dietética Británica, apunta algunos consejos para comer sano, incluso en la oficina. Ahí van sus recomendaciones:
- Planificar un menú para toda la semana. De este modo se podrá mantener una dieta equilibrada.
- Aliñar en el momento de consumir la ensalada o la verdura. Así, el plato sabrá mejor.
- Purés y sopas, además de ser sanos, permiten añadir ingredientes que enriquecen el plato.
- Olvidarse de comer delante del ordenador. Mejor hacerlo en compañía y sentado en una mesa.
- Utilizar el congelador. Cocinar varios platos, cuando se tenga tiempo, y congelar. Así tendremos un menú variado y evitaremos la pereza de cocinar cada día.
- Bocadillos y sándwiches no tienen por qué ser eliminados de un régimen alimenticio… siempre que no se abuse de ellos y se rellenen con ingredientes saludables.
Pepe Varela
Periodista