El desafío de reconocernos con mascarilla y cómo afecta esto a las empresas
Las mascarillas se han convertido en un elemento imprescindible de nuestro outfit. Su uso es obligado y los epidemiólogos han confirmado su eficacia en la lucha contra el Covid-19. Sin embargo, no todo son ventajas. ¡Hemos perdido parte de nuestra identidad! Nos enfrentamos ahora al desafío de reconocernos con mascarilla, con los ojos como el único rasgo para leer las emociones de toda la cara.
“Reconocer los rostros de nuestros semejantes es uno de los estímulos visuales más adaptativos e importantes para la percepción humana. Nos hacen ser más sociales, identificar el grado de confianza del resto y empatizar entendiendo las emociones de los demás”, explica Antonio Ruiz, experto en Neurociencia Aplicada e Integración Biotecnológica.
Identificar a alguien que lleva mascarilla reduce esta acción en un 15%
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Ben-Gurión del Neguev (BGU) en Israel y de la Universidad de York en Canadá revela el impacto de esta situación y sus repercusiones potencialmente trascendentes. La investigación concluyó en que la identificación de alguien con una máscara se reduce en un 15%.
“Esto nos afecta a nivel sociológico y afecta a todas las interacciones humanas. No todas las personas sin patologías tienen las mismas habilidades de reconocimiento facial, ello provoca que el cerebro deba utilizar otros patrones para entender mejor las emociones, reconocer el grado de confianza y autenticidad, así como lo que desean transmitir aquellas personas con las que se interacciona”, explica este neurocientífico.
Ante esta nueva realidad, solo nos queda adaptarnos y entrenar nuestra mente para este nuevo reto. Así lo expone Antonio Ruiz: “Ahora nos vemos obligados a entender mejor el lenguaje corporal, a focalizar nuestra mirada en los ojos e interpretar, a través de ellos, la percepción facial completa. Esto ahora genera un esfuerzo mayor en nuestro cerebro”.
El uso de las mascarillas nos obliga, ahora, a entender mejor el lenguaje corporal, a focalizar nuestra mirada en los ojos e interpretar, a través de ellos, la percepción facial completa
Las mascarillas y cómo estas afectan a las empresas que trabajan de cara al público
Para las empresas cuyos trabajadores realizan sus funciones de cara al público, estableciendo un contacto directo con el cliente, el uso de las mascarillas supone un nuevo reto al que hacer frente. Esto es así, según cuenta Antonio Ruiz, porque “la experiencia emocional que generan en sus clientes está en gran medida provocada por el personal que trata con ellos”.
“Clínicas, restaurantes, supermercados o tiendas de ropa… todos tienen a su personal con mascarillas, por lo que el esfuerzo para empatizar y generar emociones positivas a sus clientes se convierte en un esfuerzo aún mayor”, añade.
Con el fin de que este tipo de empresas mejoren su comunicación con el cliente y puedan transmitir mejor sus mensajes, el experto en neurociencia recomienda seguir unas pautas básicas:incrementar nuestro lenguaje no verbal; vocalizar mejor a la hora de hablar; mirar a nuestro interlocutor más a los ojos; reducir el uso del móvil cuando se esté en un entorno de varias personas; ser más precisos en la comunicación; ser más expresivos al sonreír, ya que no se nos ve la boca; y verbalizar más nuestras emociones.
Para las empresas cuyos trabajadores realizan sus funciones de cara al público, el uso de las mascarillas supone un nuevo reto al que hacer frente
“La cuestión es, ¿de verdad estamos siendo conscientes de esta realidad? ¿Se están implementando políticas y formaciones para mejorar la empatía con los clientes?”, concluye Ruiz.
Sobre Antonio Ruiz
Antonio Ruiz es experto en neurociencia aplicada, asesor en marketing experiencial y conferenciante. En la actualidad forma parte del equipo de ARK Architects donde ejerce como Director de Experiencia de cliente y Neurociencia Aplicada.
Él se define a sí mismo como un “científico empresarial”, puesto que, en su día a día, utiliza los conocimientos de la ciencia con el objetivo de aumentar las ventas, tener mayor eficacia, ser más proactivo e incrementar el bienestar general.
Curioso y estudioso, es, a la vez, un apasionado del proceso de toma de decisiones del ser humano y de cómo el estudio del comportamiento humano incide directamente en todas las esferas de la vida.
Entre sus mayores inquietudes se encuentra la integración entre la tecnología, la mente y cómo esta simbiosis nos lleva a otra evolución en el ser humano: humanos con capacidades aumentadas que buscan el bienestar en todas las esferas de sus vida.
Ha conseguido posicionarse como uno de los principales expertos de nuestro país en cuanto al conocimiento de los factores que influyen en la toma de decisiones.
Asimismo, ha colaborado con diferentes medios de comunicación (radio, televisión y prensa) divulgando su extenso conocimiento como experto en neurociencia.